viernes, 22 de marzo de 2013

Somo las mujeres de los ojos grandes
y la figura mística...
tú no nos reconocerías, no es tú culpa
pero debajo de tanto pudor
nuestros cándidos pechos son adobe;
manantial  de miles de generaciones;
en nuestras manos no hay lineas
todas son cicatrices, y nuestros cuerpos,
nuestros vientres son campo fértil

Somos como la naturaleza, en épocas de modernidad:
se sirven de nosotros, pero nunca vemos recompensa
Somos de un blanco lunar, por el estatus de belleza
porque la luna es mujer
no podemos ser tocadas por el Sol, porque
el castigo quema más que los rayos del astro.

En los pies, yace el pan de cada día
aunque no hablamos, ni miramos, ni pedimos
ni podemos ser, estamos más vivas, y somos quienes
lloran ante el cuerpo mutilado de nuestros hombres
Esa es nuestra labor ¿Quién nos dice sumisas?
Si nosotras fuimos quienes seducimos primero al varón
pero admirado de la ternura de nuestro sexo, del poder
ciego de tener suaves piernas entre las piernas
se convirtió en una bestia, en un bestia capaz de hacer
daño por satisfacerse.

Somos un espejismo en este desierto
nuestras madres lo sabían, y cuando nacimos
no dejaron de llorar toda la vida. A todas nos toca
desde pequeñas somos carne, somos cuerpo de otro
desde pequeñas nos cortan las alas y nos mete
bajo un velo.

La sangre marca el destino. Nuestro destino de
ser mujeres. A nuestros ocho años, ya somos esposas
a los doce, perdemos lo poco que nos queda de intimidad
nuestros cuerpos son martillados por una hombre mayor
aquí la belleza no importa, lo que importa es tu belleza y
la riqueza del varón.

Cuando envejeces eres un sabia. Aunque eso represente
el dolor de tu alma. Significa que esta acostumbrada al dolor
a sufrir en silencio y aceptar. Esa es tu sabiduría, la prudencia
el reacatamiento y la soledad.


Vez nacer a tus nietas, y vuelves a llorar,
No piensas en un mejor futuro
porque tu Dios es mas fuerte que tu albedrío
tú condición es más real, que el sufrimiento
de tus ojo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El sisifo

Rueda, que rueda, que rueda que cae
vas de nuevo, adelante y atrás.

Tomas un café, tal vez dos, te deslizas la corbata hasta
la de Adán. ¿Quién fue ese cabrón?
Debió haberse quedado con Lilit, eso hubiera hecho yo. Piensas.

Deslizas la corbata en un intento de suicidio
"ojalá tuviera los huevos de apretar más fuerte" te dices.
y van pasando las horas, el monitor es  más amable
que la mujer de cabellos cortos, de falda
corta y escote largo de enseguida.

Los documentos te embozan un sonrisa, y
mira que mejillas les dibuja el punto y coma.
mientras tienes un inteligente y amena charla de hermenéutica con un lápiz
del numero dos en la cual se entromete la impresora para decir puras mamadas.


La mujer se te acerca,  la mujer de cabellos cortos, de falda
corta y escote largo que estaba enseguida.
No puedes evitarlo, le miras las tetas. Es que es un escote
demasiado largo. Luego la olvidas
porque Ramirez volvió a llegar tarde y el cabrón del patrón
está por correrlo. Piensas "Pobre Ramirez tan buen hombre que es"
como todos los días que lo ves llegar tarde.

Llegas a  tu casa. Y no hay ni leche en tu despensa
miras a tu perro, siempre tirado en el mismos pinche
cojín con holanes, que te regalo tu abuela.
"Esa es vida" piensas por un rato. Pero ves un documental de maltrato
animal y descubres que debe estar bien culero ser perro.

Vas a la cama, es la misma. No la tiendes y dices que
tal vez por fin lo puedas hacer mañana. Sabes que no lo harás
sueñas con la  mujer de cabellos cortos, de falda
corta y escote largo a la cual le miraste las tetas porque
su escote era demasiado largo.

Despiertas con la misma erección. Te enojas
porque la tiene chueca y te miras en el espejo
con el deseo de que se enderece, como lo haces todas las mañanas.

Comienzas a llorar. Te masturbas, lloras, lloras te masturbas.
Comienzas a extrañarlos a todos. A tu ex, a la amiga de tu ex
que te tiraste, y por eso es tu ex; a todas a las que les has visto las tetas por culpa del escote.
Lloras, lloras en soledad durante horas. Hasta que recobras la voluntad

Te pones la corbata, esta vez estás seguro de que si vas a apartar demás.
Pero se te olvida, porque te ha caído algo de café en la camisa blanca y hoy
hay junta. Palmeas al perro como todas las mañanas. Te pones tu gafete
"Sisifo Abelino, encargado de calidad"



Rueda, que rueda, que rueda que cae
vas de nuevo, adelante y atrás.
No se trata de ciclos
se trata de aperturas
se trata de imaginario, de vislumbrarte desnudas, 
con las nalgas pegadas al lino viejo del sillón
jamás se vio tanta piel junta
tanto sudor sobre la alfombra
con gotitas, pequeñas gotitas de sal.

De esas que te caen en la boca
y no se te hace agua porque eso son.
Agua que nos  has de beber, dicen, déjala
déjala coger, con él con ella con otro.
Esa agua ya no es tuya

No te vayas, aun tenemos que quitar limpiar las ventanas
sí, ya sé que está lloviendo; 
tenemos que esperar que las tormentas pasen
a que pase el frío ese, del que hablan los poetas
Ese frío que no necesita abrigo
ni necesita ser frío para helar

Ya estás flotando en otras aguasquién soy yo ahora caducifolio espía, masoquista humedecidono son lagrimas, no, lo juro, es verdad


No se trata de ciclos
se trata de aperturas
de que se quede tu húmeda esencia
y te vayas con él con ella con otro.



miércoles, 13 de marzo de 2013



Se abrazan desesperadamente, y en pleno besuqueo, se consuelan. Porque quizá, el acto ha sido tan tierno, tan intenso, que ambas sospechan en la posibilidad de haber llorado”.


Yolanda Arrollo Pizarro Lesbianas en Clave Caribeña...

lunes, 4 de marzo de 2013

Cásate conmigo mujer

Cásate conmigo mujer
pero que no sea por condición
cásate de azul, de amarillo; tupida en abrojos...
 Cásate conmigo,
pero no frente a Dios; hazlo frente a una montaña, 
frente al gran cerro que me saluda en las mañanas...
Cásate conmigo mientras abrazas tu cuerpo al ocotillo;
en un suspirado  beso al árbol cimarrón, mientras te hago un nimbo de Mezquite.
Cásate conmigo, o mejor no, da igual, será el tormento igual.





        "Yo escribiría algo inmortal; mas me abruma un porvenir de miseria y de hambre..."



                                                                                                       (Azul, Rubén Darío)